Si bien el docente Rodrigo Ortiz trabaja en la EIQ como profesor agregado desde que se tituló el 2014, el presente año se incorporó definitivamente como profesor asociado a la Escuela.

Ingresó a la carrera de Ingeniería Civil Química el año 2007, posteriormente se trasladó a Santiago por un breve tiempo para hacer su práctica y memoria. Luego regresó a Valparaíso para titularse de ingeniero civil químico, lo que además trajo consigo su incorporación como profesor de media jornada a la EIQ.

Al poco tiempo de terminar sus estudios de pregrado, ingresó a la Universidad Federico Santa María para cursar el doctorado en Ingeniería Química, el cual finalizó el año 2020, lo que despertó el interés de la dirección de la EIQ en incorporarlo de manera definitiva al equipo de docentes de dedicación exclusiva.

Su área de interés está ligada al tratamiento de residuos mineros sólidos y líquidos, por lo que a lo largo de su recorrido como profesor de la EIQ ha impartido asignaturas ligadas a las tres áreas de estudio que ofrece la Escuela.

Si bien dice que en un principio se sintió atraído por el trabajo en la industria, el cariño por su alma máter, la Escuela de Ingeniería Química de la PUCV, lo hizo quedarse: “La Escuela de Ingeniería Química es mi familia, acá se trabaja en comunidad, por lo que siempre me he sentido cómodo, hay un ambiente muy acogedor que no existe en otros lugares, y eso lo valoro muchísimo”, explica.

Sobre sus proyecciones y desafíos laborales en esta nueva etapa en la EIQ, añade: “Deseo aportar con mis conocimientos de procesos de separación y de análisis estadístico de datos al desarrollo de la investigación en la escuela, a su equipo académico completo y a nuestros estudiantes. Y como desafío, me gustaría continuar desarrollando mi línea de investigación en tratamiento de residuos mineros, para ser un aporte en la mejora de su industria, minimizando su impacto ambiental”, concluye.