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Ex alumna es nominada a importante premio en Canadá

Macarena Cataldo Hernández

Ex alumna de la EIQ y CEO de Viridis Research Inc.

La ex alumna de la Escuela de Ingeniería Química, Macarena Cataldo Hernández, fue nominada recientemente al ” Newcomer Award”, por la a BC Cleantech de la British Columbia (BC), universidad que se destaca a nivel mundial por ser un foco de desarrollo de tecnologías limpias y verdes.  Si bien no se adjudicó el premio, Macarena siente que fue un gran honor haber sido nominada. “Esta nominación, que vendría sindo algo así como la persona revelacion en Cleantech, fue de gran importancia para mí, por ser la primera latina que fue postulada a este premio. Más allá de ganar o no, me siento feliz de estar representando a las mujeres migrantes latinoamericanas, mostrando que podemos ser buenas líderes en Cleantech, y ganando espacios en lo que típicamente no tenemos representación. Además de eso, fue una muy buena promoción para Viridis Research, pues en BC se desarrollan muchas compañías exitosas y sustentables”, señaló la ex alumna.

Cabe destacar que a fines de 2019, Macarena y su socio,  Dr. Ricardo Rivera-Acevedo , fundaron Viridis Research Inc., empresa que se centra en proporcionar soluciones prácticas, resistentes y sostenibles para tratar los contaminantes más complicados presentes en el agua, tanto para los consumidores como para las comunidades.

“Comenzar una compañía es bastante trabajo, se necesita de mucha perseverancia y apoyo de gente con experiencia, entre otras tantas cosas. Con mi socio vamos avanzando y consiguiendo los hitos planeados.  Por ejemplo, ya tenemos dos patentes pendientes relacionadas con nuestro invento y conseguimos espacio de laboratorio en colaboración con 4D Labs, SFU y el gobierno de Canadá. Como CEO de Viridis quisiera que fuera una compañía exitosa en todos los sentidos, pero si no sucediera, todo el proceso hasta ahora ha sido de mucho aprendizaje y muy enriquecedor”, destaca.

Tal ha sido el éxito de la iniciativa, que hace un par de semanas obtuvieron el tercer lugar en una competencia de Start-Ups, organizada por la Universidad de Manitoba. “Así vamos avanzando con nuestra compañía y nuestro sueño de garantizar el derecho al agua”, enfatiza.

Actualmente, se encuentran desarrollando un filtro para capturar y degradar microfibras provenientes de las lavadoras, evitando la contaminación de los océanos.  “Nuestro objetivo es proporcionar productos y servicios de tratamiento de agua inclusivos que empoderen a cualquiera que los necesite”, aclara Macarena.

En términos generales, la idea es fundar la compañía en Canadá, y generar el dinero suficiente, para brindar soluciones y tratamientos de aguas gratis a gente que no puede costearlo.  “Nos gustaría mucho llevar agua a los cerros de Valparaíso, a las familias sin acceso a la red de agua. Crear un plan en colaboración con la alcaldía, el gobierno y los pobladores para garantizarles el derecho humano al agua”, señala.

Macarena reside desde el año 2014 en Canadá, país al que llegó tras obtener una posición como Post-doc en The University of British Columbia (UBC), en uno de los principales grupos de investigación en Electroquímica y tratamientos de agua en Norteamérica, trabajando con David Willkinson, uno de los inventores de la primera pila recargable y Madjid Mohseni director de la red canadiense de agua para pequeñas comunidades. Posteriormente, lideró el equipo de investigación y desarrollo de la compañía de tratamientos de agua CarboNet en Vancouver , además de supervisar a estudiantes de doctorado y magíster en temas relacionados con tratamientos de agua, donde se desempeñó hasta fines de 2019.

Su vasta trayectoria profesional se inició el año 2007 cuando comenzó con su trabajo de tesis en Oxiquim Terminal Quintero, el cual consistía en el estudio de una planta de tratamientos de aguas residuales provenientes de barcos. El tema le resultó interesante y despertó su interés por la investigación, especialmente por el tratamiento de aguas, rama de la Ingeniería Química que la cautivó.

Terminando su trabajo de tesis, en el 2009 consiguió una beca el Politécnico di Torino, Italia, lo cual le permitió desarrollarsee en el área de la investigación y profundizar sus conocimientos en tratamientos electroquímicos de agua.

 “En Italia tuve la oportunidad de trabajar con importantes investigadores, entre los cuales destaco al profesor Marco Panizza, a quien considero uno de mis grandes mentores; y Mario Dragoni, experto en electrolizadores, con quien he desarrollado nuevas tecnologías sostenibles”.

Una vez terminado su doctorado en Italia, tuvo la oportunidad de realizar un periodo como Investigador visitante en “Imperial College London”, una de las mejores universidades en Ingeniería Química a nivel mundial.

 

A continuación, recordamos parte de la entrevista realizada a Macarena Cataldo el año 2019:

 

¿Por qué elegiste la PUCV para cursar tus estudios superiores?

Quise estudiar Ingeniería Química porque me gustaba mucho la química y las matemáticas, por lo cual me parecía una carrera desafiante. Decidí postular a la PUCV porque el perfil profesional me gustó más que el de otras universidades.

¿Cómo evalúas la formación de los alumnos de la EIQ?

En general, la formación de los alumnos me parece bastante buena, no tiene nada que envidiarles a otras universidades de alrededor de mundo. Es más, la carrera tiene muchos cursos que no se imparten en otras universidades, algunos bastante importantes, aunque otros no mucho. Según mi punto de vista, se debieran implementar más cursos que representen los desafíos que tenemos como profesionales en el contexto actual considerando, por ejemplo, el calentamiento global y cómo ser un aporte real para la sociedad.

¿Cómo han influido en tu vida profesional y personal las competencias adquiridas en la EIQ?

Las competencias que adquirí en la Escuela fueron los cimientos para mi desarrollo profesional. En la EIQ desperté mi pasión por la Termodinámica, por la Ciencia y por la Investigación. En cuanto a lo personal, me ayudó bastante a desarrollar mi carácter y pelear por lo que es justo, ser mujer en la Escuela no era fácil en ese momento. Si te sacabas mejores notas que tus compañeros siempre buscaban excusas para justificar el por qué que te iba bien, y era agotador demostrar que era sólo porque estudiabas, y tratar de que te vieran como un par.

 ¿Cómo recuerdas tu paso por la EIQ?

Recuerdo con mucho cariño a mis compañeros, con quienes nos quedábamos toda la noche estudiando y con quienes después del periodo de examen nos íbamos a pasar las penas o a festejar, también toda la noche (ríe). Recuerdo también a todos los profesores, quienes nos hacían sentir parte de una gran familia, a mi queridísimo profesor Eduardo Meyer, que hasta el día de hoy no puedo decirle tú, por el respeto que le tengo. Recuerdo a Sole y Evelyn, siempre con buena disposición para participar en todo y dispuestas a ayudar. Los profes más jóvenes para la época, Gianni, Carlos y Javier, a quienes respetábamos mucho, pero también sentíamos muy cercanos. Fueron verdaderamente años muy lindos.

¿Cuál ha sido el principal desafío que has debido afrontar en tu trabajo actual?

Demostrar que mis ideas científicas, conocimiento técnicos e intelecto están por sobre mi acento es un gran desafío. A pesar de que en mi trabajo existe un buen ambiente y la gente es bastante inclusiva, el entorno social es bastante fuerte. Canadá, es un país con muchos inmigrantes y multicultural, pero siempre van a optar por el ingeniero blanco y nacido allá, antes que a una mujer latina.

Como mujer, ¿ha sido difícil desempeñarte profesionalmente?

En mi trabajo actual no ha sido muy difícil, ya que estuve ahí desde el comienzo de la compañía, y construimos un equipo en el cual prima la colaboración, la calidad humana y técnica por sobre el género, somos mitad hombres y mitad mujeres. Ahora, mientras realizaba mi postdoctorado en UBC fue bastante difícil, no sólo para mí sino también para otras colegas. Constantemente nuestros compañeros de laboratorio cuestionaban nuestra investigación y algunos profesores revisaban nuestros reportes buscando en que fallábamos, cosa que no hacían con los hombres del grupo.

¿Cómo ves el actual escenario donde la mujer desarrolla los diversos ámbitos de su vida?

Creo que estamos en proceso de cambio, pero que no hemos llegado a un nivel de equidad. Un gran paso en la valoración de la mujer según mi opinión, es el reconocer que las labores domésticas, también son un trabajo, no remunerado, y que dicha labor no viene asociada con el ser mujer. Que una mujer debe tener el derecho a decidir libremente si quiere ser madre o no y qué hacer o no con su cuerpo. En lo profesional, no creo que se nos valore de manera justa, se nos objetiza bastante y además tenemos la presión de demostrar que estamos lo suficientemente capacitadas para la posición que ejercemos.

Siento que falta un cambio más profundo en cuanto a políticas gubernamentales con respecto a los derechos de la mujer. Necesitamos leyes que representen los cambios sociales por los cuales muchas mujeres han salido a la calle, los que me parecen la línea base para avanzar en igualdad. No creo que sea mucho pedir que no te maten, no te violen, no te acosen y tener acceso a aborto libre y gratuito.

¿Cómo compatibilizas la vida laboral con tu vida personal?

La verdad es que toda mi vida he sido una persona con mucha energía y ganas de hacer cosas. Si bien soy bastante estudiosa, no me considero trabajólica, trato de ser eficiente con las horas de mi tiempo y dar lo mejor de mí, pero nunca sacrificando mi vida personal por sobre ninguna cosa. Creo que las personas somos seres complejos y lo laboral es sólo una de las tantas dimensiones que tenemos como persona. Por otro lado, nosotros tenemos la suerte de tener un trabajo que nos gusta y nos representa, pero realmente no creo que un trabajo te defina como persona.

¿De dónde nacen tus inquietudes sociales y cómo influyó la formación universitaria en ellas?

Vienen como respuesta a tanta injusticia y a un sistema socioeconómico basado en la acumulación de riquezas para una minoría, el cual no funciona para el resto del mundo. Un sistema que ha incrementado la brecha entre ricos y pobres, que no respeta la soberanía y la autodeterminación de países más pequeños, un sistema en el cual millones de personas mueren de hambre cada día y que nos está llevando a la destrucción del planeta. Por otro lado, mi vocación por lo social se fomenta en mi esperanza en la gente, en la colaboración, en el respeto, en la reciprocidad y en el creer que un mundo mejor es posible, y que juntos podemos realizar el cambio que necesitamos.

Bueno, mientras estuve en universidad fui parte del centro de alumnos y nos toco ser parte de la toma de la universidad, creo que todas las discusiones, reuniones y marchas, repercutieron en mí. Además de eso, podía ver lo difícil que era para muchos el pagar la universidad y vivir mientras estaban estudiando, lo cual no me parecía justo, y por eso defiendo el derecho a educación gratuita y de calidad.

¿Qué les dirías a los futuros egresados de la EIQ, especialmente a las alumnas que deseen desempeñar en su futuro profesional puestos de gran liderazgo?

A los futuros egresados(as) les diría que traten de desarrollarse profesionalmente respetando a nuestro planeta y a nuestra sociedad, que aporten algo útil y que no sólo piensen en cuanto ganarán de sueldo. A las alumnas les diría que se organicen y creen organismo donde se pueda discutir abiertamente los problemas que se presentan al ser mujeres en ingeniería, un organismo que sirva de apoyo mutuo para luchar por lo que es justo. Que practiquen la sororidad (apoyo, coexistencia y solidaridad entre las mujeres frente a los problemas sociales). Les diría además que no se detengan ante sus sueños.

 

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