La Dra. Martha Claros se ha integrado recientemente a la planta de profesores asociados de la Escuela de Ingeniería Química. La joven profesional estudió Ingeniería Química en la Universidad Técnica de Oruro, Bolivia, su país natal. El año 2008, gracias a un convenio entre su casa de estudios y la Universidad de Antofagasta, se trasladó a Chile para realizar un doctorado en Procesos de Materiales. En esa ciudad tuvo la oportunidad de trabajar en una empresa que prestaba servicios a la minería, realizando investigación aplicada para mejorar los procesos. Posteriormente, regresa a la Universidad de Antofagasta para impartir clases. Ahí estuvo hasta el año 2017, cuando gracias a una Beca Chile viaja a República Checa para realizar un post doctorado en el área de nanomateriales y nanotecnología.

“Me fui por dos años al instituto CEITEC (Central European Institute of Technology) que es un centro de investigación tecnológica muy grande y con un gran equipamiento. Llegué ahí con el objetivo de trabajar en un proyecto que consistía en la fabricación de nanomateriales para adsorción de metales pesados del agua. El centro está especializado en nanotecnología y en el análisis de nanomateriales, a través de la medición y caracterización fisicoquímica. Yo quería trabajar en el área de la nanotecnología porque es una gran oportunidad para avanzar hacia nuevas tecnologías de innovación, aunque es bien compleja toda esa parte de la caracterización”, señala.

Finalmente, Martha se terminó quedando en el país europeo por 4 años, ya que la contrataron para otro proyecto relacionado con tecnología de nanomateriales. “Como mi proyecto en el instituto había finalizado yo pensaba volver, sin embargo, una de mis supervisoras en CEITEC se adjudicó un proyecto sobre preparación de nanomateriales y su caracterización, y me quedé trabajando con ella. Tuve que pedir un permiso especial y permanecí otros dos años en República Checa”, añade.

Una vez finalizado el proyecto y cuando ya debía regresar, se dio la oportunidad de ingresar a la EIQ-PUCV, a través de una convocatoria para profesor asociado. Martha no lo pensó dos veces y postuló. En enero le avisaron que había sido seleccionada y a comienzos de marzo se instaló en la zona para integrarse a la Escuela.

“La Escuela me acogió muy bien, siento que llevo mucho tiempo trabajando en la EIQ. Los colegas, los administrativos y los alumnos han sido muy amables, me ayudan en todo lo que necesito. Estoy muy contenta”, concluye