El profesor Daniel Pinto se incorporó al equipo de académicos de la Escuela de Ingeniería Química en marzo pasado. Estudió Ingeniería Civil en Minas en la Universidad de Santiago de Chile, realizó su trabajo de memoria en Codelco Andina, y luego de titularse en el año 2001, se unió a Maptek en Viña del Mar, donde se desempeñó como consultor de esta empresa que desarrolla softwares para la Minería. En el año 2008 decidió trasladarse al norte de nuestro país para incorporarse a la compañía Minera Escondida de BHP Billiton en Antofagasta.

Pero paulatinamente sus intereses comenzaron a derivar en el tema del desarrollo de habilidades blandas y en el trabajo con personas en diversos contextos, combinados con la psicología, para finalmente convertirse en coach ejecutivo. Paralelamente, en Minera Escondida tuvo la posibilidad de acogerse a un plan de retiro y formó su propia empresa.

“En Minera Escondida estuve por casi ocho años trabajando en áreas de estimación de recursos y planificación a largo plazo, hasta que decidí salirme, porque quería desarrollarme en otras áreas y tener otras experiencias. Además, había comenzado a formarme como coach ejecutivo, en temas de habilidades personales, en trabajo con personas, psicoterapia, etc. Siempre me ha gustado hacer muchas cosas diferentes e ir complementando mis conocimientos”, señala el profesor Pinto.

De este modo, comenzó a trabajar de manera independiente como coach, principalmente en el ámbito de la Ingeniería, formando a líderes y ayudando a profesionales en el desarrollo de sus capacidades personales para alcanzar sus propios objetivos. “En este caso, como soy ingeniero, comencé a asesorar a profesionales de esta área. La formación en este ámbito es muy mental y enfocada solo en el desarrollo de problemas. Con el tiempo fui viendo algunas deficiencias personales en estos profesionales, y comencé a implementar algunos programas sobre Liderazgo en la Universidad Católica del Norte y en la Universidad de Antofagasta. Empecé entonces a trabajar en estos temas en las carreras de Ingeniería Civil en Minas y después en Ingeniería Civil Industrial, principalmente”, añade.

BHP Billiton, en conjunto con estas universidades, comenzó a impulsar un plan de desarrollo de habilidades blandas en las ingenierías. “Estuve mucho tiempo trabajando en varios proyectos relacionados con el desarrollo de habilidades personales en ingenieros de las universidades del norte, y como consultor viendo temas de evaluación y estimación de recursos mineros. Ahí pasa algo bien interesante, porque cuando iba a conversar con clientes respecto de hacer algún estudio técnico, a veces me decían que lo que necesitaban era un taller de habilidades personales porque tenían serios conflictos dentro de los equipos de trabajo y no sabían cómo solucionarlos. Entonces comenzó a ser una mezcla de trabajar en cierto tipo de áreas técnicas y en áreas de recursos humanos”, señala.

Sin embargo, al profesor Daniel Pinto siempre le ha parecido interesante el tema de la docencia universitaria, considerando que ha estado alrededor de tres años capacitando en temas de liderazgo a las universidades antes mencionadas.

“A pesar de que me encontraba trabajando en universidades, no quería continuar viviendo en Antofagasta, necesitaba un cambio y volver a la zona central. Justamente, un colega se contactó conmigo para que le hiciera una asesoría a la empresa donde trabajaba y para ver la posibilidad de que lo pudiera reemplazar en su cargo. Como necesitaba referencias para postular, me comuniqué con otro colega y amigo. Él me comentó que había un cargo abierto en la EIQ-PUCV; entonces decidí postular, porque me interesó el desafío de poder aplicar todos mis conocimientos sobre el tema de liderazgo dentro de esta institución. En enero me dijeron que había sido seleccionado y en marzo me incorporé como profesor de jornada completa a esta Escuela”.

Lo que más le ha llamado la atención al profesor Daniel Pinto es el excelente equipo humano que hay en la Escuela de Ingeniería Química de la PUCV y la sinergia que se da entre compañeros de trabajo. “Me ha llamado la atención la excelente comunicación y buena onda que hay entre colegas. Podemos conversar entre compañeros, intercambiar información y sacar ideas nuevas para ir implementando dentro de la Escuela. Tengo el sueño de hacer cosas nuevas en la EIQ”.

Con los alumnos de nuestra Escuela se ha llevado sorpresas ya que, a diferencia de los estudiantes de las universidades donde ha impartido clases, son mucho más participativos y entusiastas.  “Como yo he trabajado en Minería, puedo decir que en el tema de las habilidades blandas se ve una diferencia importante con respecto a los estudiantes y profesionales del área de la ingeniería en el norte, quienes tienen menor manejo de habilidades blandas, lo que se traduce posteriormente en dificultades al momento de desempeñarse laboralmente. En esta Escuela los alumnos tienen más personalidad y son más desenvueltos, lo que indudablemente facilita la interacción y el trabajo con ellos”, concluye.