“Quiero aprender, crecer y desarrollar tanto mis habilidades académicas como personales, para convertirme en una buena profesional y contribuir positivamente en el futuro"

Desde Villa Alemana llega Catalina Tapia, estudiante del Colegio Los Reyes, quien se prepara para iniciar una nueva etapa en su vida universitaria como parte de la generación 2026 de Ingeniería Civil Química de la PUCV.

Catalina cuenta que decidió postular por la vía de Ingreso Especial, motivada por la oportunidad de acceder a la carrera que siempre quiso sin depender exclusivamente del puntaje de la PAES. “A veces la presión del momento afecta la concentración y el rendimiento en la prueba”, comenta. “Por eso esta vía me permitió mostrar mis logros y habilidades de una forma más justa, que no siempre se reflejan en ese examen”.

El proceso de postulación, recuerda, fue sencillo y claro. Pero lo realmente inolvidable fue el momento en que supo que había sido seleccionada. “Fue muy emocionante saber que había quedado en la carrera de mi preferencia”, confiesa con una sonrisa.

Lo que más le atrae de la Ingeniería Civil Química es la versatilidad de su campo. “Para obtener cualquier producto hay que pasar por un proceso químico. Me entusiasma poder observar, realizar y optimizar esos procesos”, explica con entusiasmo. Y aunque la disciplina ofrece múltiples caminos, Catalina ya tiene un área que le apasiona: el medioambiente. “Me interesa aplicar los conocimientos para reducir el impacto ambiental de las industrias. Estas son fundamentales para el desarrollo del país, pero es necesario mejorar la forma en que se realizan los procesos”, afirma con convicción.

Durante el proceso de admisión, tuvo la oportunidad de conversar con el profesor Rodrigo Ortiz, jefe de la carrera de Ingeniería Civil Química, quien le dejó una excelente impresión. “Fue muy claro al explicarme cómo funcionaba la universidad y todo lo que ofrecía. Me ayudó mucho a conocer más sobre la carrera y la PUCV”, comenta agradecida.

Antes de visitar la universidad, Catalina imaginaba un lugar más pequeño. Sin embargo, se sorprendió gratamente al conocer los laboratorios y espacios de estudio con los que cuenta la Escuela de Ingeniería Química. “Tiene muchas más instalaciones de las que pensaba”, dice admirada.

De cara al futuro, Catalina espera que su paso por la PUCV sea una experiencia enriquecedora en todo sentido. “Quiero aprender, crecer y desarrollar tanto mis habilidades académicas como personales, para convertirme en una buena profesional y contribuir positivamente en el futuro”, concluye.