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Exitosa participación de estudiante de la EIQ en la Academia I+D de la Facultad de Ingeniería

Catalina Doré tiene 25 años y cursa el quinto año de Ingeniería Civil en Metalurgia Extractiva. Durante el segundo semestre de 2024, fue parte de la Academia I+D, iniciativa organizada por el área de Investigación y Postgrado de la Facultad de Ingeniería, que busca entregar una formación integral a estudiantes interesados en continuar su camino en Investigación y Desarrollo.

Este programa capacita a los estudiantes como ayudantes de investigación, entregándoles herramientas clave como redacción de papers, búsqueda de información científica, estructuración de proyectos, citación adecuada, y hasta cómo publicar artículos académicos. “Es una oportunidad muy útil, sobre todo para quienes están en proceso de tesis. Muchos compañeros comentaban que les habría encantado conocer esta academia antes, porque les habría facilitado mucho el trabajo”, destaca Catalina.

Además, la Academia enseña cómo postular a fondos concursables, desarrollando un proyecto completo desde cero, incluyendo su metodología y planificación, con miras a su postulación a diversas fuentes de financiamiento.

Catalina conoció esta iniciativa a través de una publicación en Instagram. Motivada por el interés en el área, comenzó a conversar con profesores, y fue gracias a la recomendación del docente Javier Silva que logró ingresar al programa.

Al inicio del semestre, los participantes asistieron a un Bootcamp con exposiciones de académicos de distintas universidades. “Tuvimos la oportunidad de escuchar a un revisor de fondos ANID, quien nos explicó cómo armar un proyecto sólido, desde su estructura hasta cómo causar una buena impresión frente a evaluadores”, recuerda.

La Academia I+D tuvo una duración de un semestre, desde agosto a diciembre de 2024, y los estudiantes fueron evaluados semana a semana. Uno de los desafíos principales fue desarrollar un proyecto final en equipos interdisciplinarios. El grupo de Catalina estaba compuesto por estudiantes de diversas especialidades: Ingeniería Civil Mecánica, Informática y Civil. “A pesar de venir de áreas distintas, logramos coordinar y estructurar un proyecto completo que nos permitió obtener la certificación”, comenta.

El proyecto desarrollado por su equipo fue una aplicación móvil para el aprendizaje de lenguaje de señas, que utiliza la cámara del celular para enseñar posturas con correcciones automáticas e incluye clases interactivas. “Detectamos una necesidad real. En la universidad hay una alta demanda por cursos de lenguaje de señas, y esta aplicación permitiría un aprendizaje más accesible, con retroalimentación inmediata gracias al uso de inteligencia artificial”, explica Catalina.

El proyecto fue bien recibido por el comité evaluador. Incluso, el grupo consideró implementarlo como plan piloto en la universidad, con miras a comercializarlo en el futuro.

Durante el desarrollo del curso, Catalina aprendió sobre planificación de proyectos, elaboración de propuestas y manejo de fondos. “Hay que tener claridad en el calendario, estudios de mercado previos, y saber exactamente en qué se invertirá cada peso del financiamiento. Nos enseñaron a rendir cuentas de manera clara y ordenada”, detalla.

Las clases se realizaban una vez a la semana, los jueves en la clave libre, y contaban con charlas de expertos de diversas universidades y visitas a empresas. Catalina recuerda especialmente una visita a una empresa fundada por alumnis de Ingeniería Civil Bioquímica de la PUCV, ubicada en Curauma.

También recibió formación en expresión oral, donde aprendió técnicas para presentar en público, gesticular, controlar el tono de voz y evitar muletillas.

El 27 de marzo de 2025, Catalina y sus compañeros recibieron la certificación oficial, que acredita 29 horas pedagógicas del ciclo de charlas. “Este certificado es una gran herramienta para quienes queremos desarrollarnos en investigación. No solo somos estudiantes de pregrado, ahora tenemos bases concretas para ser un verdadero aporte en proyectos reales”, señala.

Catalina comenta que tiene un gran interés por el área de la hidrometalurgia e investigación aplicada a la industria, especialmente, en el desarrollo de procesos eficientes y sustentables. “Me interesa mucho trabajar en la mejora de procesos en hidrometalurgia y lixiviación. El tema medioambiental es clave hoy, y siento que en Chile estamos muy al debe, ya que muchas de nuestras normas son copiadas de otros países y no responden a nuestra realidad. Hay mucho por hacer, y la investigación tiene que estar al centro de ese cambio”, concluye Catalina.

Cabe señalar que de la Escuela de Ingeniería Química también participaron en la Academia I +D los estudiantes Jorge Guzmán Astudillo, Karla Illanes Villalobos, Nicolás Fierro Oñate y Nicolás Rojas López.

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